Irene Némirovsky, nació en Kiev en 1903 y pasó en París casi toda la vida, pues su acaudalada familia huyó de la revolución comunista para exilarse en Francia. En 1929 ya comienza a extenderse su fama por la publicación de su segunda obra David Golder, que fue muy celebrada. Publicó, con éxito, muchas novelas antes de morir asesinada en 1942 por los nazis en el campo de concentración de Auschwitz, junto a su marido Michel Epstein, también judío. Décadas más tarde, re-descubierta por sus hijas, aparece otro texto que tiene el título de Suite francesa y está considerado como su obra cumbre y recibe en 2004, a título póstumo, el premio Ranaudot. Desde hace pocos años, esta misma editorial Salamandra, comenzó a editar en español una veintena de novelas, que siguen a la venta, con éxito claro, pues se siguen reeditando en formato normal y de bolsillo hasta la actualidad.
Dos es la historia de amor, en el París de entreguerras del seductor Antoine Carmontel, joven empresario de veintiséis años y Marianne Segré, que a sus veinte, es la rica heredera de un famoso pintor de moda. Como en varias de sus otras obras de narrativa, ésta se desenvuelve en un ambiente de alta burguesía, en el que los amoríos extraconyugales son frecuentes y tanto ella como él se recrean con terceros amantes, antes y después de casarse.
Durante un buen número de páginas esta dinámica amorosa se entretiene con cierta reiteración, de un modo elegante y sin descensos descriptivos a los detalles carnales, hasta que los protagonistas se van aposentando y profundizando en una dinámica de pareja mucho más rica y madura, muy bien descrita en numerosos detalles psicológicos, ambientales y sociales, que la autora maneja con extraordinaria perspicacia y con recursos literarios tan brillantes como naturalmente convincentes.
En fin, otra buena novela de esta autora clásica moderna del siglo XX, que nunca decepciona y que también vale la pena leer.