
Schopenhauer, el filósofo del pesimismo, personaje huraño, misógino y misántropo. Además de vanidoso, inmisericorde con sus semejantes, fuesen vecinas o catedráticos, fue un maestro del insulto. Sin embargo quiso elevar el arte de la discusión a sus mayores cimas. Entre los papeles encontrados después de su muerte había una colección de 38 “Kunstgriffe”, traducido por estratagemas para discutir en público, pero no enfocadas para alcanzar la verdad ni tampoco para hacer que triunfe la verdad. El único objetivo era vencer en las discusiones. Adelantado a su tiempo, como un pensador de la posmodernidad, Schopenhauer, practicó y entendió la dialéctica como “el arte de discutir, y de discutir de tal modo que uno siempre lleve la razón, es decir, per fas et nefas (justa o injustamente)” o, si se prefiere, como “el arte de llevar razón (sin preocuparse por la verdad objetiva, que es asunto de la lógica)”. Esto es así “por la maldad del género humano”, pues la dialéctica debe enseñar a defenderse de los ataques, “especialmente frente a los de mala fe” (…) “del mismo modo que el maestro de esgrima tampoco considera quien tenía realmente razón en la discusión que originó el duelo: tocar y parar, de eso se trata la dialéctica”. Todo es válido, aunque para ello haya que ofender al adversario, como reclama la última estratagema. Las estratagemas tienen un carácter clásico, aunque muchos han pretendido adaptarlas e introducirlas como técnicas de marketing, coaching o de publicidad política, pero lo hermoso es leer las estratagemas originales, tal y como las planteó el propio autor, para descubrir el sabor de su maledicencia e ironía que se adapta al de la época.
Tomando como referencia la dialéctica kantiana, Hegel hizo de la dialéctica el alma de su sistema, la expresión misma de la vida del espíritu, mientras que Schopenhauer la rebajó y redujo al arte de llevar razón, la desligó de la filosofía para quedar como una actividad del hombre que habla, ese ser, como le gustaba repetir a Schopenhauer, dotado de la palabra para ocultar su pensamiento. Voppi, el editor, completa las anotaciones y presenta un interesante y sencillo estudio de la dialéctica a través del pensamiento occidental.