
La escritora siciliana Goliarda Sapienza escribió, entre los años 1967 y 1976, una voluminosa y controvertida novela, con un cierto carácter autobiográfico. Por su polémico contenido, no encontró ninguna editorial que quisiera imprimirla; se publicaría, a título póstumo, en la "Stampa Alternativa", gracias al esfuerzo de su compañero Angelo Pellegrino, que se haría cargo también del prólogo de la obra.
Goliarda nace en Catania (1924-1996), y es en esta ciudad donde se desarrollará la acción de casi toda la novela. Fue educada en un ambiente ateo y libertario, hecho que se dejará traslucir en su novela claramente anticlerical, donde casi todos los personajes, a lo largo de tres generaciones, serán ateos. Con frecuencia se ridiculiza la religión, la vida religiosa, y se hace gala también del lesbianismo y bisexualidad de algunos personajes. La protagonista central es Modesta, que nace el 1 de enero de 1900 en una familia pobre de campesinos. Una aparatosa experiencia sexual la conducirá a un convento, donde logrará llevarse bien con la superiora Leonora. Modesta es una persona muy astuta y, como no desea ser monja, consigue ser enviada como sirvienta a un palacio de una familia noble donde la Princesa es familiar de Leonora. Con sus malas artes logra ser confidente de la Princesa de Brandiforti, y seducir y casarse con el hijo de su protectora y, a la muerte de la Princesa por la gripe española, Modesta quedará como dueña y señora de todo el palacio, aldeas limítrofes, trabajadores, etc. Tendrá numerosos amantes de ambos sexos, y seis hijos de padres distintos. Hace de la libertad y el goce el arte de vivir. Modesta es una mujer excéntrica, fatal, ambiciosa, con cualidades físicas que aprovecha muy bien y, en contra de la moral imperante, es partidaria del amor libre.
La novela está relativamente bien escrita, aunque se apoya casi totalmente en los numerosos diálogos y, con el pasar de la páginas, se va haciendo algo tediosa. Hay cierta alternancia de narradores y, a veces, dentro de la misma acción varía los lugares. El peso de la narración recae en la casa familiar, por donde van desfilando comunistas, fascistas, anarquistas, cada uno defendiendo su propia ideología. En el transfondo de la novela se aprecia un claro nihilismo: no habría ni bien, ni mal, la religión sería como una droga, y Modesta, sin ningún criterio moral, se deja llevar, en cada momento, por lo que le produce mayor goce sensual. Las abundantes escenas eróticas son crudas y explícitas. La novela concluye cuando Modesta alcanza los cincuenta años.