El objetivo del autor, catedrático de Teología Dogmática, es transmitir en palabras breves y claras el contenido de su materia Introducción al cristianismo. Lo hace por medio de preguntas y respuestas, que en su conjunto contienen lo más importante de la fe, de su doctrina y de su práctica. Sigue el orden del Catecismo de la Iglesia católica. El origen fue una serie de programas “En vivo” durante la pandemia del coronavirus, en la que contactaron al profesor para que hablara del cristianismo, y lo hizo en trece palabras. El orden es inductivo, inicia con lo más sencillo hasta ir a lo complejo. Resulta una obra amena y asequible.
Las palabras elegidas hablan por sí mismas. Creación. Biblia. Alianza. Carne. Persona(s). Pascua. Iglesia. Gloria. Gracia. Libertad. Verdad. Amor. Oración. Me limito a mostrar, primero el contenido de algunas preguntas, y después de algunas respuestas -no relacionadas entre sí- para que se vea el estilo de la obra y para saber a qué tipo de personas le será más útil, tanto para enseñar como para aprender.
¿Los ángeles existen de verdad o son un cuento para niños? ¿El pecado original es leyenda o realidad? ¿Por qué los protestantes tienen unos libros en la Biblia y los católicos otros? ¿Por dónde empezar a leer la Biblia que es una inmensa biblioteca de libros? ¿Qué quiere decir que Jesús predicó al Reino? ¿Cómo nos muestra Jesús al Padre? ¿Para qué existe la Iglesia? ¿De verdad hay alguien en el infierno? ¿La conciencia no nos fastidia la entera existencia? ¿La Iglesia condena el sexo? ¿La conciencia del pecado no nos traumatiza?
La creación es un Big Bang de amor y sentido. Antes del pecado original vivíamos en un mundo totalmente feliz. La historia de la salvación es fascinante. Jesucristo es la Persona del Hijo que ha asumido la naturaleza humana. Es una sola Persona y es divina. Sólo el cristianismo cree en la divinidad de Jesús. El divorcio no está reconocido por la Iglesia. En la Iglesia hemos de ver al “Cristo ampliado”, al cuerpo y la esposa de Cristo. Si Cristo es el sol, la Iglesia es la luna que refleja la luz del sol. La Iglesia ha sido fundada y es asistida por el Espíritu Santo para anunciar el nombre de Cristo. La eternidad es algo indescriptible e inimaginable, pero es mucho más real que la vida que vivimos.
Se dice que los cristianos estamos obsesionados con el pecado, pero si hay algo que realmente nos interesa es la gracia. Con la gracia somos un sagrario de la Trinidad. La vida cristiana es vida en Cristo, vida de su gracia, vida del Espíritu. Pero nobleza obliga: a esta llamada por parte de Dios, ha de responderse con libertad, que se concreta en actos específicos, las acciones propias de un cristiano. El trato con Jesucristo es como la sal, que despierta el sabor de un alimento, no lo anula. La conciencia es como un santuario de Dios, donde habla Dios, y por eso es inviolable y sagrada. La verdad nos hace libres. Es lo mejor para todos. Al cristiano le interesa mucho la belleza. La verdad es bella por sí misma. Supone el esplendor de la belleza espiritual. Viviendo la voluntad de Dios siempre salimos ganando porque Dios no se deja ganar en generosidad, nos pide con la mano izquierda, lo que nos devuelve con la derecha, multiplicado por infinito.
El libro termina con una lista de bibliografía orientadora para quien quiera profundizar en los contenidos expuestos. Recomiendo esta lectura para formadores y principiantes.