
Un joven escritor, Jöel Dicker, está desolado y atascado profesionalmente por el reciente fallecimiento de su editor. Además, su vida amorosa tampoco va bien. Así que, siguiendo el consejo de su asistente, se va de vacaciones a un hotel en la montaña. En su mismo piso comprueba que a la habitación 621 le sigue la habitación 621-bis, y a ésta la 623. ¿Por qué no hay habitación 622? Su curiosidad le lleva a investigar hechos acaecidos en el hotel quince años atrás, ayudado en su tarea por otra misteriosa turista.
La nueva novela de Jöel Dicker tiene un perfil sorprendente. En este relato el narrador es el propio escritor. Como en otras novelas anteriores (La verdad sobre el caso Harry Quebert, por ejemplo), realiza una deconstrucción del relato, dando saltos en el tiempo durante la narración, a veces sin avisar, manteniendo la tensión de la novela, especialmente en su muy sorprendente final. La novela está escrita para todos los públicos, pero la entenderán mejor los adultos. Hay una historia de amor con adulterio, pero sin detalles molestos.