García Jambrina (Zamora, 1960) es doctor en Filología Hispánica y profesor de Literatura en la Universidad de Salamanca. La presente novela de aventuras es la cuarta que ha publicado en torno al personaje histórico redactor de la Tragicomedia de Calixto y Melibea (La Celestina): el Bachiller Fernando de Rojas, que en esta ficción se desempeña como Pesquisidor Real, nombrado por Fernando el Católico. El manuscrito de aire prolonga así las anteriores El manuscrito de piedra (2008), El manuscrito de nieve (2010) y El manuscrito de fuego (2018). Ahora Fernando de Rojas se encargará de descubrir al responsable de un múltiple asesinato, el 6 de enero de 1515, en los primeros años de la colonización del Nuevo Mundo. El informe que al cabo redactará el Pesquisidor se añadirá al de Bartolomé de las Casas, como uno más de los que llegaron al Rey Católico sobre los abusos de los encomenderos en la conquista y evangelización de América.
Junto al cuidado patente de García Jambrina por ambientar esta novela histórica, el texto no resuelve acertadamente el difícil distanciamiento que todo escritor ha de mantener si quiere ser objetivo. Él toma partido por la ideología de sus personajes y convierte su narración en una defensa del adulterio por razones románticas, en un ataque a una Inquisición que tortura a inocentes, en una abundancia de eclesiásticos indignos y en justificación del sincretismo religioso, haciendo que “el buen salvaje” de Rousseau resuelva su felicidad terrena y su salvación eterna con un animismo que mejora las expectativas cristianas.
Los tres o cuatro incidentes eróticos pueden solventarse por lectores maduros, pero el desconcierto ideológico es más difícil de digerir. Hay además un error dogmático: atribuye validez a la Eucaristía confeccionada con harina de cazabe.