Sobre el trasfondo de París, Lisboa, Roma, India y Japón, esta novela desarrolla el drama de la vida de san Francisco Xavier. Siendo estudiante en París, comparte habitación con otros compañeros, entre los cuales está Ignacio de Loyola, y allí se enciende con el fuego que quiso llevar consigo para prender al Oriente en llamas.
Durante su estancia en Lisboa, en la corte de los Braganza, impresionó tanto al rey, que éste quiso a toda costa disuadirlo de hacer un viaje que duraba más de un año. Privaciones, tormentas, experiencias terribles fueron causa de la muerte de muchos pasajeros. Su estancia en Goa, capital de la India Portuguesa, dejó a su figura rodeada de un brillo casi legendario: transformó el ambiente corrompido de aquella colonia. En el Japón, Francisco supo imponerse a la hostilidad de los monjes budistas y a la arrogancia de la Administración oficial. Y, cuando estaba a punto de partir para China, murió en una isla desierta de la costa.