Relato lírico con el que nos asomamos a los ingenuos esfuerzos de Maggie, una niña de casi doce años pero con psicología de siete u ocho, abandonada por su madre drogadicta en las cercanías de Bilbao. Ahora Maggie está al cuidado de su abuelo, que ya empieza a sufrir las limitaciones de la senilidad, de forma que -en realidad- cada uno cuida del otro con la máxima buena voluntad. Todo sucede en el Bilbao de los años 70, una ciudad que sufre el terrorismo de ETA junto con la protección de la policía de Franco. La fantasía de Maggie, que se expresa mejor pintando que hablando, y el cariño de su abuelo, serán los puntales con los que irá creciendo el afecto de la niña por su madre ausente.
El autor nos explicará, en las páginas finales, que la novela está inspirada en una niña real, enferma por la falta de afecto que sufrió en un orfanato el primer año de su vida. Esta experiencia le provocó, como a Peter Pan, una detención en su crecimiento, aparte de hacerle sufrir ansiedad, ataques de pánico, infecciones, y dificultades para relacionarse.