Es el n. 7 y el último de Las Crónicas de Clifton. Harry escribe su principal obra mientras su esposa Emma cumple diez años al frente del Hospital Real de Bristol. Sebastián Clifton es director general del Banco Farthings Kaufman. Jessica su hija es expulsada de la Academia de Bellas Artes. Lady Virginia cae en la bancarrota. Un giro de los acontecimientos hace que la tragedia se abata sobre los Clifton cuando alguien de la familia recibe un diagnóstico médico que hace tambalearse todas sus vidas.
La trama es interesante. La narrativa impecable. Sin embargo la novela va por derroteros inmorales. El capítulo sobre Jessica es horrible porque abundan las escenas de sexo explícito, en ocasiones pervertido, algunas de sus pinturas son abiertamente pornográficas y ganan un premio importante. Su vida es libertina, también cae en las drogas y en un embarazo fuera del matrimonio. Se aprueba un hecho doloroso que es la eutanasia disfrazado de amor, para evitar que una persona en estado terminal siga sufriendo tantos dolores. Lástima que una saga tan valiosa termine con estos episodios.