Historia de una familia de mujeres en Asturias, desde la bisabuela Aurora, que vivió parte de su vida en Turón, en la zona minera, pasando por su hija Águeda, su nieta Ana y su bisnieta Alba. Con saltos hacia atrás y hacia delante en el tiempo, se narran unas vidas muy duras, cuyas circunstancias evolucionaban conforme lo iba haciendo la sociedad española. El nexo de unión de todas ellas es una vieja máquina de coser que perteneció a Olvido, la madre de Aurora, y en cuyo armazón de madera hay una mancha que nadie fue capaz de quitar. Las mujeres trabajaron con esa máquina como modistas, haciendo arreglos y diseñando vestidos, y enseñando a coser a otras mujeres.
El libro narra episodios muy tremendos. En el primer capítulo se habla de un padre que viola a su hija, y a partir de ahí continúa una historia que, si bien está bien narrada y mantiene el interés, cuenta sin tapujos demasiados episodios sexuales en la vida de las mujeres, en muchas ocasiones dejándose llevar por su ignorancia e inocencia, o por unos varones, todos en el libro, brutos y calculadores.
La muchacha más joven es lesbiana, y su abuelo también era homosexual en tiempos de represión. Todo un conjunto ideológico feminista y moderno, defendiendo la dura vida de las mujeres en esos años. Ninguna cree en Dios, aunque rezan en caso de necesidad, y la novela no pierde ocasión de ridiculizar a los creyentes y a los sacerdotes, excepto a uno, al que fusilaron en los años cuarenta por acoger soldados del bando republicano en la Guerra Civil. El final de la novela es un alegato pretendidamente femenino, pero más bien feminista, sobre la historia del delito de violación en España.