Jean-Luc Bannalec es el seudónimo de Jörg Bong (Bonn, 1966), doctor en Lengua Alemana por la universidad de Frankfurt, que escribe en ese idioma, aunque sus novelas se desarrollan la Bretaña francesa, patria de su madre y tierra que él frecuenta. Tiene publicada, desde 2012, nueve novelas policiacas que protagoniza Dupin, comisario en la ciudad de Concarneau, del departamento bretón de Finisterre. Bannalec ha conseguido un gran éxito en Alemania y Francia, con más de cuatro millones de ejemplares publicados, y en su país se han llevado al cine algunas de esas narraciones.
Sus novelas están muy ambientadas en el mundo bretón, con notables descripciones tanto geográficas y paisajísticas como costumbristas, históricas y ancestrales. Además cada una de sus historias se suelen desarrollar en torno a actividades que protagonizan la sociología de la comarca en que tiene lugar la acción, como los ambientes del cultivo y comercialización de ostras, en Un cadaver en Port de Belon; la explotación de las famosas salinas de Geronde, en Un crimen bretón; la defensa del medio ambiente, en El secreto de Île-de-Seine; el ambiente artístico y pictórico que desde la época de los impresionistas vive una pequeña población, en El misterio de Pont-Even...
En ésta, Los crímenes de Saint-Malo, es el mundo de la restauración, de los cocineros con estrellas Michelin, de los sabores y aromas que se dan cita en la alta cocina de moda, con sus intrigas y luchas por el protagonismo y el éxito culinario. Es en torno a la ciudad de Saint-Malo y sus alrededores costeros bellamente dibujados en la ambientación donde se desarrolla la historia; allí el comisario Lupin ha acudido para participar en un seminario en la escuela de policía, donde se reúnen agentes y prefectos de cuatro departamentos de la Bretaña. La convención cuenta con el estímulo de sus comidas y cenas que tendrán lugar en restaurantes notables de la localidad y ofrecerán a los policías refinadas novedades culinarias. Lo que no estaba en el programa es que delante del propio Lupin, que curioseaba entre sesión y sesión por el marcado de Saint-Servant, fuese testigo de cómo la exitosa cocinera Blanche Trouin - con una estrella Michelin en su curriculum - moría acuchillada por su hermana Lucille, también restauradora y con una rivalidad profesional que les llevaba a la pública enemistad. De ahí surge una trama acelerada y apasionante de nuevos crímenes e investigaciones en las que tienen que cooperar varios policías de esos cuatro departamentos bretones a lo largo de tres días, para resolver el caso.
Una novela amena, interesante, bien dibujada en su ambientación y construida en su trama que vale la pena leer al que guste de la literatura policiaca ágil, que no desdice de las anteriores y que quizá pueda gustar aún más que alguna de ellas.