Novela corta de ficción distópica que muestra un mundo futurista en el que la superficie de la Tierra resulta inhabitable y todos los hombres viven bajo tierra. Además, una Máquina rige la vida de todos los hombres.
El hombre ya no piensa. Sólo vive. Cada día es una rutina regida por actividades inútiles, mecánicas y carentes de creatividad. La Máquina es casi una deidad: la gente la venera y confía plenamente en ella. Al final, se vuelve una religión. El Libro es el instructivo universal para el uso de La Máquina y para la dirección de las personas, todos cuentan con un ejemplar y lo tratan con respeto.
La novela presenta lúcidas intuiciones sobre el futuro del mundo, dominado por la técnica. En éste se empieza a confundir el valor del contacto real con el virtual, y las sociedades electrónicas cobran una importancia cada vez mayor: la tecnología empieza a deshumanizar a las colectividades. La crítica es directa y valiosa, si bien no pretende ser demasiado exhaustiva. Deja espacio para la reflexión. El ambiente es degenerado socialmente y radicalmente ateo, sin descripciones inconvenientes.
G.V. (2014)