El autor explica que el liderazgo que promueve se asienta sobre virtudes, especialmente las cardinales. El liderazgo no es una técnica, es un rasgo del carácter educado que facilita que el protagonista ejerza el liderazgo.
Varios amigos le animaron a que escribiera su vida y, tras retrasar el proyecto, entregó a la imprenta este texto, en las que se remonta a sus antepasados, franceses, georgianos y rusos. Tuvo la fortuna de que su abuela Nina le enseñara ruso y que le fomentara la lectura de los grandes escritores: Tolstoi, Chéjov y otros poco conocidos en España. Ese momento supuso un giro en su vida. Al terminar el bachillerato sus padres le regalan un viaje; elige que el destino sea Tierra Santa. Allí algo marcó su vida. Estudia Derecho en París y un amigo suyo le pone en contacto con un centro del Opus Dei al que asisten otros estudiantes como él. Conocer las obras de Josemaría Escrivá es un aldabonazo en su alma. Viaja a la URSS en los años del comunismo, visita Fátima, vive en Finlandia con otros fieles del Opus Dei y años más tarde se establece en Rusia. Su vida es como una caja de sorpresas; aunque santifique lo ordinario, como ha aprendido del espíritu del Opus Dei, quizá por su trayectoria vital y por su carácter, se embarca en proyectos magnánimos. Conoce a Lejeune y a Solzhenitsyn.
Leer este libro, abre horizontes. Para un creyente, no solo humanos sino también sobrenaturales. En cualquier caso, un lector abierto a ideales sacará fruto de esta lectura.