
En su cuarta novela, la escritora La Vecina Rubia cambia de registro temático y se sumerge en el mundillo de la novela negra y de suspense psicológico. "Mi querida Lucía" es un buen thriller que, como es de esperar, va captando bastante, y poco a poco, la atención del lector, y efectivamente, hay que esperar hasta la última página, para acabar de entender todo lo que realmente ha sucedido. La estructuración y la articulación de la trama están bien pensadas y resueltas, y la autora evita descripciones molestas, tanto eróticas como violentas, a lo largo de toda la narración. La lectura resulta entretenida y logra mantener el suspense, sin recurrir a excesos desagradables, típicos, a veces, de este género narrativo.
La protagonista principal, Lucía Romasanta, es una madre soltera, muy aficionada a la astrología, y redactora de la sección del horóscopo con más éxito en el país. La acción se desarrolla en un verano caluroso del 2002, cuando Lucía tiene 32 años, y su hija Violeta siete. Su sección es la que recibe más cartas de los lectores de la revista, lo cual despierta cierta envidia en los demás colaboradores: aborda la astrología, cartas astrales y test de personalidad. La vida transcurre plácidamente hasta que Lucía comienza a recibir cartas anónimas y misteriosas vinculadas a diversos crímenes, en los que ella estaría, de algún modo, involucrada. No entiende nada, y crece en ella una progresiva angustia. Tendrá que ir compaginando su trabajo en la oficina, con su colaboración, cada vez más tensa, con la Policía Judicial, en la resolución del caso que será llamado "Caso del horóscopo". Participan en la narración, entre otros secundarios, sus íntimas y fieles amigas de la oficina, Sol y Diana, la pareja de la Policía Judicial que se hace cargo del caso, los posibles sospechosos de los homicidios, etc. El malestar y los cada vez más amenazantes peligros van creciendo. No obstante, la escritora va dedicando, sin prisas, cierto espacio para describir la vida, no siempre fácil, de los personajes más importantes, ofreciendo, por lo general, su lado más humano y vulnerable, a veces de una manera algo sensiblera, y que ayuda a comprender mejor sus comportamientos, no siempre correctos.
Se resaltan algunos valores interesantes: lo que capaz de hacer una madre para cuidar y hasta salvar la vida de una hija que corre peligro, la ayuda que supone la verdadera amistad, etc. Aunque el ambiente, en algunos aspectos es ciertamente permisivo, se condenan claramente las acciones inmorales. Lo que puede llamar más la atención es la excesiva importancia que Lucía concede a la astrología para conocer la vida y actuación de las personas; aunque, en un momento determinado, afirma que, realmente, no es una ciencia, sino una ayuda que puede inspirar y motivar a la gente. El lenguaje habitual suele ser algo basto y soez, incluyendo alguna breve blasfemia, bastante común. También aparecen breve apuntes sensuales. En definitiva, puede agradar a un público amante del género de suspense, y no ofrece más inconvenientes de relieve. Parece que la escritora ha mejorado el tono humano de algunas de sus anteriores novelas.