Es una extraordinaria obra póstuma que recoge las vivencias del portavoz de la Sala Stampa durante más de 20 años en el pontificado de San Juan Pablo II (1984-2005). Como señala el subtítulo se trata de las Notas personales que escribió y recopiló en esas décadas. El objetivo es destacar el perfil más humano de uno de los Papas más importantes de la historia. El autor agradece haber trabajado con un santo y muestra su clara conciencia de haber sido un hombre privilegiado, que tenía acceso directo al Pontífice, lo acompañó prácticamente en todos su viajes y también durante sus vacaciones en la montaña.
El estilo del libro es periodístico, claro, con sentido del humor, cálido, objetivo: todos los recuerdos tienen fechas, lugares concretos y un contexto. Comunica su cercanía, admiración y afecto filial. Consta de 50 capítulos con un orden cronológico. El título da cierta unidad a las anotaciones que se presentan con un encabezamiento y la fecha.
A modo de ejemplo escribo tres recuerdos, no conectados entre sí. Nunca vio que Juan Pablo II perdiera el sentido del humor o que estuviera desbordado por los acontecimientos. Decidió dejar en manos de la Virgen si era mejor que Lefebvre siguiera dentro de la Iglesia o se marchara. En una de sus vacaciones reposa durante una corta siesta; le conmueve verlo dormir en santa paz, abandonando el timón de la Iglesia a Dios; pensó que es un don para la Iglesia que pudiera dormir así en medio del monte.
Navarro Valls afirma que se puede decir, sin temor a exagerar, que el día del funeral fue una jornada muy especial en la historia del Vaticano, que ha visto tantas cosas. Recomiendo ampliamente su lectura.