Diez años antes de que Agatha Christie publicara su primera novela detectivesca, se editó "La gota de sangre" (1911), con la que Emilia Pardo Bazán (1851-1921) prueba en el género policíaco, siguiendo a Conan Doyle, aunque su opinión sobre Sherlock Holmes era más bien negativa.
El protagonista es Ignacio Selva, un madrileño solterón, de buena familia, que, para salir del aburrimiento, decide ser detective aficionado.
A la muerte de la escritora, se encontraron dos versiones, mecanografiadas y con anotaciones manuscritas, de otra novela protagonizada por Selva, aunque incompleta. José María Paz Gago, catedrático de Literatura, se ha ocupado de la revisión del texto que aquí se edita junto con "La gota de sangre", con el título de "Los misterios de Selva". Ambas están bien ambientadas en Madrid, con toques castizos y de humor, con una buena trama policíaca y los clásicos enfrentamientos entre el detective aficionado y las autoridades encargadas de mantener el orden público.
Un buen libro para las vacaciones veraniegas, con ilustraciones de María Lara Mesa.