No se trata de un libro espiritual ni ascético, sino de un conjunto de experiencias y reflexiones personales de la autora. Está muy bien escrito. Contiene sugerencias prácticas positivas sobre el valor de una vida más austera y sencilla, desprendida de los bienes materiales que muchas veces nos agobian.
Al mismo tiempo, recoge ideas opinables que, aunque se presenten matizadas, se proponen como recomendables (por ejemplo, los beneficios del parto natural, el colecho, no comprar productos fabricados en países lejanos, evitar el abuso de la carne y sus derivados, etc,).
El texto tiene un fondo cristiano, aunque marcado por un cierto naturalismo y ecologismo. Se echa de menos mayor precisión doctrinal al tratar de la libertad, la procreación, etc. Habrá que leer algunos pasajes con sentido crítico y buena formación cristiana.