Es la cuarta encíclica del Papa Francisco escrita con ocasión del 350 aniversario de la primera manifestación del Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita María Alacoque en 1673. Consta de 5 capítulos distribuidos en 220 puntos. El objetivo del Romano Pontífice es renovar la devoción al Sagrado Corazón de Jesús que es una síntesis del Evangelio. Nos invita a ahondar en el amor de Cristo representado en su Corazón. Su amor es triple: sensible, de su Corazón físico, espiritual humano y espiritual divino. Por eso es modelo de amor incondicional.
Exhorta a centrar los ojos en este Sagrado Corazón, lleno de compasión y ternura para aprender a querer a los demás no solo con el don de la caridad sino también con los afectos humanos. El título está tomado de la carta a los Romanos (Rm 8, 37) “Él nos ha amado” -“Dilexit nos”- que se refiere al amor de Jesucristo por los hombres. Incluye una síntesis de los textos magisteriales anteriores y la experiencia de varios santos.
Subraya que de este modo habrá un encuentro personal con Cristo -frente a otras espiritualidades que no mantienen una relación personal- y en consecuencia se lograrán relaciones fraternas estrechas y se reconocerá la dignidad de todo ser humano. Juntos todos los hombres podremos cuidar nuestra casa común y los cristianos seremos misioneros en el amor. Anima a redescubrir la importancia del corazón: es lo que configura la propia identidad y permite la comunión con los demás. De este modo cambiaremos el mundo en un reino de paz.
Volver al corazón llevará a la autenticidad con uno mismo y en las relaciones con los demás; esto es así porque el corazón es símbolo del centro íntimo y espiritual de la persona y de Jesucristo y es el lugar donde se fraguan nuestras decisiones más importantes y sinceras. “Solo su Amor hará posible una humanidad nueva”. Se recomienda ampliamente su lectura y meditación. Es un texto bellísimo y de un inmenso calado en el que se puede profundizar cada vez más para luego transmitirlo con vibración.