Un incrédulo escritor de novelas policíacas se ve catapultado misteriosamente en el año 36, dónde podrá investigar en primera persona el misterio de la desaparición del cadáver de Jesús de Nazaret, interrogando a autoridades, sospechosos, y visitando los lugares relacionados con el delito…
Mandino, que fue en su momento un popular autor de libros de autoayuda de corte cristiano, abordó en esta novela el género del thriller religioso, haciendo patentes sus intereses apologéticos. Así, todo el libro transmite una gran admiración por la fe cristiana, buscando mostrar que la resurrección del Señor es la única explicación coherente con los testimonios históricos. Lógicamente, estas buenas intenciones se concretan desde la confesión protestante del autor: así, en un momento dado se presenta a Santiago como hermano de Jesús en sentido carnal, uno de los hijos de la Virgen María; además, la divinidad del Señor y su conciencia mesiánica quedan difuminados: varios momentos de su vida (el bautismo, las tentaciones en el desierto, etc.) se exponen desde un punto de vista un tanto naturalista, que admite una lectura puramente humana de Jesús. Por último, al lector católico puede decepcionarle que no se haga referencia a la institución de la Eucaristía, o a la confesión de Pedro en Cafarnaún.
T.E. (2011)
Operación ¡Jesucristo! Y al tercer día…
Valoración moral:
Género: Pensamiento
Sin inconvenientes.
Requiere conocimientos generales en la materia.
Lectores con formación específica en el tema.
Presenta errores doctrinales de cierta entidad.
El planteamiento general o sus tesis centrales son ambiguos o se oponen a las enseñanzas de la Iglesia.
La obra es incompatible con la doctrina católica.