Omero Romeo perdió la vista hace algunos años, por lo que tuvo que dejar de dar clases de ciencias, cosa que lo apasionaba. Pero ha decidido volver a enseñar, y comienza en un puesto temporal impartiendo clases a chicos de último año del instituto. Pero sus alumnos no entran dentro del promedio de los estudiantes: son los más problemáticos, aquellos que no tienen mucha esperanza de sobresalir en el futuro. Es un gueto donde han aislado a los casos más difíciles. Como no puede verlos, les pide que cada día, al comenzar la clase, digan su nombre y cuenten algo sobre ellos mismos. Poco a poco, va conociéndolos en profundidad, y, paradójicamente, logra ver lo que los demás no pueden ver: una chica que añora la paz y que esconde una gran herida, un rapero con un gran talento y un amor platónico, un chico que se esconde detrás de una pantalla, una hija abandonada, un aspirante a boxeador que lucha por sacar adelante a su madre... Los alumnos se sienten escuchados y queridos, y comienzan una revolución dentro del colegio, una revolución que irá superando los límites de la escuela.
Alessandro d'Avenia, después de varios libros de ensayo, vuelve al género de la novela y nos ofrece esta historia sencilla y profunda, una reflexión sobre la enseñanza secundaria, la influencia de los buenos profesores y la posibilidad de redención.