María Dueñas recupera a Sira, la protagonista de su exitosa primera novela, El tiempo entre costuras. Continua la acción en el mismo momento en que la dejó, al final de la Segunda Guerra Mundial. Finalmente se casa con Marcus Logan, agente del servicio secreto británico, y la pareja acepta un destino en Palestina, donde el Reino Unido está viviendo el final de su mandato en la zona. La novela abarca los años 1946, 47 y 48. Sira, una vez más, es protagonista involuntaria de distintos momentos históricos, en Tel Aviv, Londres, Madrid y Tánger. Ya no es tan ingenua como la conocimos, pero sigue siendo igual de encantadora.
La novela no desmerece en absoluto de la primera entrega, principalmente porque el personaje principal sigue siendo una gran construcción de la autora, con gran atractivo y empatía. La novela se lee con interés, vuelven a aparecer algunos de los mejores personajes de El tiempo entre costuras (no hace falta recordarlo todo para seguir la novela), y es un buen acercamiento al momento histórico. La falta de fe de la protagonista provoca situaciones interesantes, al ponerse de manifiesto su necesidad de acudir a Dios en los momentos más difíciles.