Fred Vargas, la aclamada reina de la novela negra, nos presenta un nuevo caso del comisario Adamsberg: historia viva del género. Resulta innecesario presentar a la autora, que desde su preparación humanística, recrea todo un personaje hipnótico y atrayente en Jean -Baptiste Adamsberg, a caballo entre original y descabellado.
La nueva acción transcurre en Rennes. El comisario es trasladado por los superiores a ayudar al comisario local. De éste modo podrá ayudar a solucionar un crimen aparentemente ligado a una leyenda medieval.La pata de palo de "el Cojo" resuena por las calles de la ciudad antes de que haya una muerte. Parte del equipo de Adamsberg se traslada allí, y en el transcurso de la investigación el célebre de París encuentra su lugar - para dar forma a sus "burbujas mentales" - tendido en la superficie de un dolmen de 30.000 años de edad.
Inteligente trama y subtrama (la primera de las narraciones es una subtrama) que Fred Vargas domina con tintes de humor negro, narración fluida, que realzan los conocimientos de la autora sobre las pasiones y mezquindades humanas: chismes de las ciudades pequeñas, habladurías, supersticiones, envidias...forman un sustrato apto para edificar el movimiento psicológico en un alma y convertirla en asesino en serie.
No busca la autora justificar el mal, es clara en discernirlo. Tampoco se regodea en la exposición de los asesinatos, sino en los prolegómenos y en la inquisitiva mente de Adamsberg por resolverlos y capturar al asesino. Juega en favor de la escritora el prestigio del protagonista, y a la vez es todo un reto lograr que sus peculiaridades no desbarren en un cliché. Se presentan todo un arco de valores (familia, amistad, misericordia, compañerismo, sencillez...) que tornan las macabras circunstancias en un entorno amigable, casi relajante.