
La autora se adentra en uno de los grandes dramas de nuestro tiempo: la persecución de los cristianos en diferentes circunstancias y geografías en el mundo de hoy.
Siendo un caso manifiesto de persecución a causa de las ideas, es un conflicto del que poco se ha hablado en Occidente hasta fechas recientes, en que los medios han ido haciéndose cada vez más eco del problema. Por ello, es imprescindible esta obra periodística de intención global, que profundizará en los distintos modos de persecución: el asesinato, la represión o el menosprecio a lo largo de la geografía mundial, para mostrar así el alcance del fenómeno, con la intención de denunciar y crear conciencia sobre lo que está sucediendo.
El libro está escrito desde un punto de vista laico (es pública la increencia de la autora) de la defensa de los derechos y los valores humanos, con la intención de concienciar al conjunto de la sociedad de la amenaza que ello supone para las sociedades democráticas.
Tiene tres partes. Empieza con un estudio de las distintas familias cristianas y su origen. La segunda parte, la más extensa, repasa los países donde los cristianos son perseguidos y no pueden vivr su fe libremente. Incluye algunos testimonios de valentía ante la persecución. Y finalmente, después de una entrevista con Andrea Riccardi, fundador de la Camunidad de San Egidio, hay un pequeño opúsculo, "La cristianofobia sutil", donde la autora arremete contra los medios y la izquierda actual, que es donde se manifiesta habitualmetne esta cristianofobia (como si la Iglesia ahora mismo tuviese algún poder temporal), y la dificultad en nuestra sociedad actual de manifestarse contra el discurso políticamente correcto.
De pasada, manifiesta su desacuerdo con la doctrina de la Iglesia sobre el aborto, sin hacer apología, y se describe, con cierta crudeza, pero sin detalle, el martirio de algunos cristianos.