
Novela costumbrista en la que se narran las infortunadas aventuras de Tess que, tras ser seducida por un aristócrata, se ve acosada por las normas éticas de la sociedad en la que vive y por un destino ciego y cruel que anula con todas sus buenas intenciones. Nos encontramos ante un clásico post-romántico, de notable calidad literaria, que sintetiza perfectamente el pesimismo antropológico de Hardy.
Para ello, la novela usa principalmente dos tipos de resortes: en primer lugar, magnificar el poder del sino –o de la naturaleza–, en una línea similar a la del realismo naturalista. Así, las circunstancias se imponen a la libertad humana, abocada a un destino cruel. Aquí y allá, Hardy deja entrever su fascinación por las obras de su contemporáneo Darwin, en el modo de presentar la prevalencia del más fuerte; también muestra su dependencia del romanticismo al unir estos elementos (naturalismo, materialismo) con una admiración por las fuerzas naturales, que se presentan en sintonía con el espíritu humano. Tal síntesis está conseguida, en parte, suscitando sentimientos de corte religioso en contextos de panteísmo implícito, ambientados en lugares primigenios de resonancias paganas: el climax en Stongenge resulta muy representativo.
La futilidad de la libertad se une a una moral de tono kantiano, que permite al autor desvincularla más fácilmente de la fe. En este sentido, las religiones positivas en general aparecen como inútiles, y aquí y allá se deslizan algunas críticas explícitas al catolicismo; también son relativamente frecuentes breves descalificaciones que dan una visión negativa de la religión, ya sea porque la mayoría de los personajes creyentes son negativos, ya sea por los comentarios que algunos personajes positivos hacen. Tal tendencia se encuadra en una contraposición de la religiosidad contra la fuerza de la pasión, que se resuelve a favor de esta última.
Por lo demás, el subtítulo es bastante representativo de las intenciones y contenido ideológico del libro: Hardy va más allá del género de "huerfana abandonada" a lo Dickens, para mostrar el modelo de una mujer "pura" tanto por la belleza de sus sentimientos como por su carácter primigenio y pasional, aplastada por un destino cruel y una moral cristiana artificiosa, que lleva a una sociedad hipócrita
F.J. - T.R. (2011)