Catherine Standish es la discreta ayudante de Jackson Lamb, el irascible jefe de los agentes de inteligencia que han fracasado en sus funciones. Cuando no se presenta al trabajo una mañana, incluso Lamb se da cuenta de que falta. Además, ha sido secuestrada por un antiguo amante. Pero el secuestro de Catherine es sólo la punta del iceberg de una conspiración mucho mayor, contra el MI5 e incluso contra el Primer Ministro.
En esta ocasión el equipo de despojos profesionales del espionaje británico conocidos como caballos lentos, manejados por Jackson Lamb, se enfrenta a una extraña conspiración interna para desprestigiar al MI5 y cerrar la propia Casa de la ciénaga, sede de los caballos lentos. “Como muchos males, éste también empezó con tipos que llevaban traje… Eso de librarse de un cadáver siempre es un engorro. Por fortuna, cuenta con unos caballos lentos que va a hacerlo por él.”
Una novela de espías que refleja la sociedad en que vivimos: refleja como el poder corrompe a todo el que se deja corromper y de lo que somos capaces con tal de afianzar y ejercer dicho poder sobre los demás. En esta novela, el autor, nos muestra su visión de la sociedad británica, tal vez deberíamos decir de su gobierno. Abundan los personajes obsesionados por el placer erótico, y hay algunas breves descripciones explicitas.