
Esta es la cuarta obra de una serie que tiene como protagonista al comisario Dupin. El protagonista ha sido “desterrado” de Paris a la Bretaña Francesa al final de la tierra (finis terrae) y lentamente, con la ayuda de su secretaria Nolwenn, se va familiarizando cada vez más con la “vida” en la Bretaña. La acción se centra en Port Belon y está ligada a uno de los productos típicos de Bretaña: las ostras de Belon. También juega un papel el robo organizado de arena de las playas y su venta fraudulenta para usos industriales. Además de un caso criminal interesante, el autor ironiza sobre el orgullo bretón que considera que todos los sucesos históricos importantes son obras de bretones (incluído el descubrimiento de América) y todos los personajes destacados tienen antecesores bretones en su arbol genealógico. La cultura bretona, con druidas y bardos, es un telón de fondo de la novela.