Ian Bostridge, reconocido tenor y doctor en historia por la universidad de Oxford, siente una obsesión —como lo reconoce en el subtítulo del libro— con la colección canciones Winterreise (Viaje de invierno) de Schubert —compuestas a partir de los 24 poemas de Wilhelm Müller— y las ha interpretado personalmente muchas veces.
En su obra, Bostridge analiza canción por canción, comenta la música sin abusar de los tecnicismos, busca las razones históricas y sociológicas que se esconden en su origen. Cada canción se convierte en una puerta a una época muy rica en pensadores y hechos históricos. Bostridge ayuda a comprender cuestiones como el sentido de los peregrinos, los caminantes solitarios, el cambio climático o la censura; aborda temas como la influencia de la energía, las revueltas estudiantiles, las postas de correos, la estadística —que introdujo la noción de norma y de lo normal— o los avances científicos —desde Newton y Laplace hasta llegar a Niels Bohr—; entremezcla el tiempo presente pero también hace alusiones a Thomas Mann, Adolfo Hitler o Bob Dylan. Sin ser una biografía, penetra en la vida del compositor. En los primeros capítulos se adentra en la desconocida vida amorosa de Schubert, muerto, posiblemente, a consecuencia de la sífilis. Pero sobre todo introduce en el romanticismo centroeuropeo y, en particular, en la religiosidad de los románticos.
Un libro apasionante por momentos y en algunos puntos —pocos— pesado y difícil de seguir, como es corriente en un viaje en invierno.