Don Camilo: un mundo pequeño es un libro que tiene muchísima acción y poquísima descripción, por eso es muy fácil y agradable de leer. Los sucesos son siempre impresionantes y llamativos, las reacciones bondadosas, graciosas y espontáneas. Los diálogos son cortos e intensos, los personajes caricaturizados, los escenarios típicos. Se usan lugares-comunes con frecuencia, y el paisaje es rural, otros motivos para hacer de ese libro un oásis de tranquilidad. El lenguaje está muy bien cuidado (quizás incluso un poco rebuscado), no hay ni sombra de inmoralidad, por eso es muy adecuado para niños. Los episodios son casi completamente independientes unos de otros, así que la lectura puede ser interrumpida sin perder el hilo. Con un sentido profundamente cristiano.
La trama ocurre en una ciudad cerca del río Po, entre Don Camilo, el párroco del pueblo; Peppone, el jefe del partido comunista del pueblo; y el Cristo del altar de la parroquia de Don Camilo.