La tesis doctoral brinda una ocasión magnífica para reflexionar. Y en el caso de la tesis de Alejandro Pardo, ha permitido abundancia de consideraciones, que han dado lugar a otros dos libros: David Puttnam, un productor creativo (Madrid, 1999) y El oficio de producir películas: el estilo Puttnam (Barcelona, 2003). El que nos ocupa, último de la serie, lógicamente posee una mayor bondad: viene a representar “la clave del arco”, pues cierra los anteriores. Sus dos grandes secciones (La influencia del cine en la sociedad y Constantes temáticas en el cine de Puttnam) estimulan el pensamiento: adensan razonamientos muy elaborados, con riquísimo aparato bibliográfico. Confirman la categoría de esas páginas y, en consecuencia, cuánto cabe aprender con su lectura. Para los entendidos, muy probablemente, resultará enriquecedora la atención a la buena literatura del Profesor Pardo. Desde luego, para los no iniciados en el séptimo arte cada sección también representa un excelente tesoro.
El compromiso de Puttnam con el cine se evidencia en sus tres películas famosas: Carros de fuego, Los gritos del silencio y La Misión, tríada que aglutina el núcleo del volumen. Hay motivo: en ellas Puttnam sólo es productor, pero ejerce una directa influencia sobre todo el proyecto y sus detalles. La realidad como sustento de la película, el dilema moral que presentan y, en consecuencia, cómo ayudan a pensar, con la oferta de una perspectiva, la grandeza del espíritu humano, rótulo elegido por el Profesor Pardo, son los cuatro capítulos que sintetizan las líneas de fuerza del productor inglés. Unas palabras de Lord Puttnam en el proemio, permiten entender el atractivo del libro, que las explica, básicamente, con pormenores y anécdotas de la renombrada tripleta: "Creo en el poder del cine. Creo en el considerable papel social que tiene en nuestras vidas. Creo que puede alimentar al público con ideales … de una manera que ningún otro arte puede siquiera igualar".