
Un relato corto de Zweig con una magnífica descripción de la personalidad de los personajes. Novela muy vienés, aunque transcurre en Alemania, donde nada es lo que parece, se guardan las formas hasta que se desenlaza una explosión y los personajes dejan de ser lo que parecían. En este caso, el relato tiene un inicio muy prometedor que poco a poco se va difuminando. Roland, un académico de prestigio recibe el homenaje de jubilación por parte de sus discípulos. En un libro recogen su vida profesional con todas sus contribuciones. Cuando abre las primeras páginas Roland piensa en su pasado, como empezó y lo que debe al encuentro de un viejo profesor. Recuerda como quedó embaucado al escucharlo, por primera vez, en clase. Comprendió la belleza del saber y se convirtió en su discípulo más querido. Entró en su vida familiar, trabajaba a diario en su despacho para sacar y completar una importante contribución filológica. Un día se desatan las pasiones y todo se trastoca, aparecen las miserias y descubre su sórdida intimidad que lo rompe todo.